Parece que fue la mejor idea que tuvo: tragarse los anillos, si no hay pruebas no hay delito y si no hay delito no hay castigo. Lástima que lo vieron llevarse los anillos y su acción fue la forma desesperada para tratar de no ser atrapado.
Y ahora no tiene derecho a fianza, al menos no hasta que su sistema expulse los anillos con valor total de más de 41.000 dólares.
Cual si fuera una típica escena de película, el ladrón llegó a la joyería simulando ser un cliente interesado en los anillos de compromiso. Fingió examinarlos y en un descuido de la empleada se los llevó.
Al salir de la joyería en Brisbane, Australia, la gerente de la tienda Liljana McDonald partió en supersecución, pidiendo ayuda a gritos mientras lo perseguía por un centro comercial repleto.
Y por fin lo acorralaron en la parte trasera de una farmacia y fue entonces cuando el hombre se tragó los anillos: uno con un diamante de un quilate y el otro de diamante amarillo 1,53 quilates rodeado por 28 diamantes blancos.
No debió ser tan fácil tragarlos… pero en fin, por el momento el hombre está detenido y si él no quiso regresar los anillos su cuerpo se encargará de hacerlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario