Este espectacular accidente tuvo lugar el miércoles en una autopista de la provincia china de Shanxi. El puesto de peaje contra el que impactó el camión es automático, electrónico, y los vehículos no tienen que detenerse para pagar. Al lado había uno manual, con un trabajador dentro que resultó ileso. Las protecciones funcionaron a la perfección. ¿Por qué pasa esto? 1 – Por la falta de una cultura de seguridad viaria y respecto por las normas. En China, poca gente se pone el cinturón de seguridad, se habla por teléfono mientras se conduce, se envían mensajes de texto y los intermitentes sólo sirven como adorno. Algunos conducen bajos los efectos del alcohol, extremadamente cansados (he hablado con taxistas que trabajan de media 16 horas al día) y sin iluminación por las noches. En autopistas o carreteras secundarias, se adelanta por la izquierda, por la derecha, sobre línea continua y utilizando el arcén. Los fáciles exámenes para obtener el carnet de conducir no ayudan a mejorar la situación, como tampoco lo hace el hecho de que en China, debido a su tardío desarrollo económico, dar a conocer las normas viarias y hacerlas cumplir es una tarea que llevará mucho tiempo. 2 – Por la mezcla, sobre todo en las ciudades, de vehículos de todo tipo: coches, autobuses, bicicletas, bicis eléctricas, bicis con remolques, motocicletas, burros y un sinfín de vehículos inclasificables de tres ruedas. Sobre todo en zonas urbanas, una parte muy importante de los accidentes son protagonizados por vehículos de dos y tres ruedas, que no respetan los semáforos, van en dirección contraria y cambian de carril sin contemplaciones. 3 – Por la falta de infraestructuras y las malas carreteras, sobre todo en las zonas más pobres del interior del país, donde en ocasiones no hay quitamiedos, el pavimento es inestable y la lluvia y desprendimientos convierten determinadas rutas en carreteras de la muerte. 4 – Por la mala calidad de los vehículos y su falta de mantenimiento, sobre todo los de dos y tres ruedas, que muchas veces circulan sin frenos y sin luces. Casi todos los que se han comprado una bicicleta en China se han dado cuenta que con el paso de los días los frenos han ido dejando de funcionar. En las ciudades, miles de conductores de estos vehículos, que se mezclan con autobuses, taxis y coches en cada cruce, frenan con los pies.
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